Sugaar es un ser poco conocido de la mitología vasca, casi nunca representado. Forma parte de la tradición oral, base de esta cultura. Sugaar, cuyo nombre significa en euskera fuego (su) llama (garra) aparece, entre otras cosas, como una media luna de fuego ondeando en el cielo. Es un presagio de una tormenta que está por venir. Como mito, es un ser intemporal, pero se manifiesta todos los viernes de mal tiempo. Lo interesante de Sugaar es su irrelevancia. De hecho, las pocas personas que conocen su historia la contarán de formas muy distintas. Como ocurre con este ser mitológico, la pintura no debe adquirir excesiva relevancia. Esta es la única forma posible para que no sea coercitivo; ya que históricamente los mitos, como la pintura, han encarnado preceptos morales durante mucho tiempo.
En CIBRIÁN, la obra de Fiona Mackay y Damaris Pan se despliega en el espacio, respondiendo a la extraordinaria declaración de Leon Battista Alberti:
¿Qué es la pintura sino el acto de abrazar mediante el arte la superficie de una ola?
Se revela aquí la ambivalencia de la superficie como algo plano y profundo, y se introduce la idea de movimiento.
Fiona Mackay (1984) muestra tintes sobre lienzo. El tinte diluido se aplica como una membrana cuyas formas se hacen eco del mundo sensorial (una sombra, por ejemplo). Esta membrana puede distorsionarse, estirarse, jugar con las formas y crear un ambiente de ensueño. Como una piel, es a la vez una tapa y una apertura al mundo. En palabras de Fiona la porosidad de su pintura crea una experiencia sensual, táctil, voluptuosa y emocional.
En el trabajo de Damaris Pan (1983) se presentan modos de ejecutar distintos que se tensionan y equilibran entre sí. La superficie puede ser cubierta con pintura muy espesa o al revés, conservando áreas de lienzo casi intacto. Las manchas coexisten con líneas perfectamente estiradas. El color y la forma aparecen como losas superpuestas que simulan construir lentamente los cimientos de una figuración que va y viene. Se mueve entre el gesto y la contención del gesto, como gestos encapsulados, hacia formas que rodean cierto humor absurdo.